¡La dieta mediterránea puede ser la clave para combatir 32 enfermedades crónicas!

recién Comunicaciones de la naturaleza El estudio utilizó el Biobanco del Reino Unido para comprender la relación entre un patrón dietético saludable y 48 enfermedades crónicas individuales entre adultos que viven en comunidades.

Estancia: Patrones dietéticos saludables y riesgo individual de enfermedades crónicas en adultos que viven en la comunidad. Crédito de la imagen: udra11/Shutterstock.com

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El envejecimiento es un importante factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades no transmisibles, que fueron responsables del importante aumento de muertes entre 2007 y 2017. Por lo tanto, es crucial identificar estrategias de prevención efectivas para promover la salud pública. envejecimiento.

Además, también debe darse prioridad al estudio de los factores modificables de enfermedades crónicas no relacionadas con la edad, como la dispepsia y el síndrome del intestino irritable, ya que están muy extendidos y pueden ejercer una presión significativa sobre los sistemas sanitarios.

Las investigaciones han demostrado que un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mortalidad. En este sentido, la dieta es crucial y puede orientarse a retrasar o prevenir estas enfermedades crónicas.

La adherencia a ciertos patrones dietéticos, como el Índice de Alimentación Saludable (AHEI-2010), el Índice de Dieta Vegetariana Saludable (HPDI) y la puntuación de la Dieta Mediterránea (AMED), puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (ECV) y ciertos tipos. de enfermedades. De cánceres y diabetes.

Sin embargo, la relación entre los patrones dietéticos y otras enfermedades crónicas, como los trastornos endocrinos, el eccema, las enfermedades oculares y la enfermedad renal crónica, sigue sin estar clara.

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Sobre el estudio

El estudio actual utilizó el Biobanco del Reino Unido para examinar la relación entre cuatro puntuaciones nutricionales comúnmente utilizadas y el riesgo de varias enfermedades crónicas. Además, exploré qué patrón dietético predeciría mejor las enfermedades crónicas.

Durante la selección de la muestra, se excluyeron los individuos sin datos sobre la dieta y aquellos con una ingesta energética en los deciles superiores o inferiores. El número de participantes alcanzó 121.513 participantes, el 55,9% de los cuales eran mujeres. Sus edades oscilaban entre 30 y 75 años, y la edad promedio era de 59 años.

Los no fumadores, de mayor edad y con un alto nivel educativo tenían más probabilidades de tener puntuaciones nutricionales más altas. Las mujeres tenían más probabilidades de tener puntuaciones más altas en el AMED o AHEI-2010, mientras que los hombres tenían más probabilidades de tener una puntuación más alta en el Índice de Inflamación Dietética Antiexperimental (AEDII).

Resultados clave

Se observó que una puntuación AMED más alta se asociaba con un menor riesgo de 32 enfermedades crónicas. Para el AHEI-2010, una puntuación más alta se asoció con un menor riesgo de padecer 29 enfermedades crónicas.

La dirección de la asociación fue similar a la puntuación del HPDI, pero un valor de HPDI más alto se asoció con un menor riesgo de infección sólo en 23 enfermedades crónicas. Estas afecciones abarcaban enfermedades cardiovasculares (CMD), cánceres, trastornos gastrointestinales y trastornos psiquiátricos/neurológicos. No hubo relaciones positivas para estas tres puntuaciones.

El AEDII se asocia positivamente con el riesgo de desarrollar dos condiciones crónicas: abuso de sustancias psicoactivas y trastorno por consumo de alcohol.

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También se asocia negativamente con otras 14 enfermedades crónicas. AMED mostró el riesgo más bajo con la mayoría de las enfermedades crónicas, y los beneficios de AMED se derivaron de un mayor consumo de alimentos saludables, como pescado, legumbres, nueces, verduras y frutas.

En general, los resultados sugieren que el riesgo de CMD se puede reducir siguiendo patrones dietéticos como AHEI, HPDI y AMED. El riesgo bajo se asocia con puntuaciones nutricionales altas específicas del cáncer AHEI, HPDI y AMED.

Esto podría deberse al bajo contenido de alcohol y al alto consumo de pescado, como en el caso de AMED. En cuanto al riesgo de demencia y enfermedad de Parkinson, sólo la puntuación AMED varió inversamente con ellos, y esto podría deberse a los compuestos antiinflamatorios y antioxidantes que se encuentran en la dieta mediterránea.

Las puntuaciones altas de AEDII y HPDI se asociaron inversamente con el riesgo de síndrome del intestino irritable, estreñimiento, enfermedad diverticular, dispepsia y enfermedad inflamatoria intestinal.

Conclusiones

El estudio actual tiene algunas limitaciones, incluidos errores de medición debido a la naturaleza de autoinforme del Biobanco del Reino Unido y la falta de causalidad del análisis. Además, puede haber sesgos de detección en el Biobanco del Reino Unido; por ejemplo, las poblaciones pueden diferir con respecto a la detección del cáncer debido a diferencias en la frecuencia de los exámenes de detección.

El ajuste por factores de confusión, como la puntuación de riesgo genético (GRS) y el IMC, fue similar para todas las condiciones de salud. Esta suposición puede no ser válida porque los factores de confusión pueden variar según la enfermedad.

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Además, no se puede descartar una posible causalidad inversa entre la dieta y la psicopatología. Las personas que sufren de estrés o ansiedad pueden adoptar dietas poco saludables. Finalmente, debido a que la mayoría de los participantes eran caucásicos, es posible que los resultados de este estudio no sean generalizables a otras poblaciones.

En general, el riesgo de desarrollar una serie de enfermedades crónicas se puede reducir siguiendo una dieta saludable, como la dieta AMED. Los resultados sugieren que una dieta saludable puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas o prevenir su desarrollo.

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