Imágenes de la «red cósmica» revelan un laberinto de galaxias enanas

Los modelos cósmicos siempre han predicho su existencia, pero hasta ahora no se ha observado directamente la red cósmica.

Al observar los inicios del universo hace unos 12 mil millones de años, los científicos en Francia anunciaron que vieron por primera vez los filamentos brillantes de gas hidrógeno conocidos como la «red cósmica».

Los modelos cósmicos siempre han predicho su existencia, pero hasta ahora la red cósmica no ha sido observada ni capturada directamente en imágenes.

Ocho meses de observación con el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral y un año de procesamiento de datos revelaron la existencia de estos filamentos, ya que solo estuvieron presentes entre uno y dos mil millones de años después del Big Bang.

Pero la mayor sorpresa, dijeron los científicos, fueron las simulaciones que mostraron que la luz provenía de miles de millones de galaxias enanas nunca vistas, e inesperadas, que generan billones de estrellas.

Los resultados se publican en Journal of Astronomy and Astrophysics.

«Después de un período inicial de oscuridad, el universo estalló con luz y produjo una gran cantidad de estrellas», dijo a la AFP el autor principal Roland Bacon, científico del Centro de Investigación Astrofísica de Lyon.

«Una de las grandes preguntas es qué terminó con ese período de oscuridad», dijo, lo que llevó a una etapa en el universo temprano conocida como reionización.

Hasta ahora, los astrónomos solo han captado destellos parciales e indirectos de la red cósmica a través de quásares, cuya fuerte radiación, como los faros de los automóviles, detecta nubes de gas a lo largo de una línea de visión.

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Pero estas regiones no representan la red completa de filamentos en la que nacieron la mayoría de las galaxias, incluida la nuestra.

Profundidades de plomería nueva

«Estos hallazgos son esenciales», comentó Emmanuel Daddy, investigador de la Comisión de Energía Atómica que no participó en el estudio.

«Nunca hemos visto una liberación de gases de este tamaño, que es esencial para comprender cómo se forman las galaxias».

El equipo entrenó el enorme telescopio de ESO, equipado con un espectrofotómetro 3D llamado MUSE, en un área del cielo durante más de 140 horas.

Juntas, las dos herramientas conforman uno de los sistemas de vigilancia más poderosos del mundo.

La región elegida forma parte del Campo Hubble extremadamente profundo, que incluye la imagen más profunda del universo jamás obtenida.

Pero las nuevas imágenes están alcanzando nuevas profundidades para el universo temprano: el 40% de las galaxias recién descubiertas estaban fuera del alcance del Hubble.

Aunque estas galaxias, a 10 a 12 mil millones de años luz de distancia, son demasiado débiles para ser detectadas individualmente con las herramientas actuales, su presencia probablemente mejore y desafíe los modelos actuales de formación de galaxias.

Los investigadores dijeron que los científicos recién ahora están comenzando a explorar sus efectos.

Los astrónomos del Laboratorio LaGrange de la Universidad de Côte d’Azur contribuyeron a la investigación.

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