tonga, la nación insular aislada por la explosión de un volcán submarino, está lidiando con problemas que van desde la destrucción generada por un tsunami que alcanzó los 50 pies hasta la contaminación por cenizas. Y en medio de todo esto, su población también estaba incomunicado.
El explosión de un volcán submarino en el Pacífico el 15 de enero causó daños a un cable submarino que Las líneas telefónicas e internet de Tonga fueron interrumpidas, dejando incomunicados a los 105.000 habitantes de las islas.
La disponibilidad de estos cables, que suman alrededor de 1.000 millones de metros de longitud, es fundamental para mantener operativas las redes de telecomunicaciones entre las distintas regiones del mundo.
“Estamos recibiendo información incompleta, pero parece que se cortó el cable submarino”, dijo a la agencia de noticias. AFP Dean Veverka, director de redes de la empresa Southern Cross Cable Network.
El reparar Retirar estos cables es un proceso costoso y complejo que puede llevar semanas y requiere barcos especiales para levantarlos del fondo del océano y realizar reparaciones en la superficie, retirando la sección dañada y volviendo a empalmar el resto.
“Podría llevar hasta dos semanas reparar el cable. El barco de tendido de cables más cercano está en Port Moresby”, dijo Veverska, refiriéndose a la capital de Papúa Nueva Guinea, a más de 4.000 kilómetros de Tonga.
Southern Cross está brindando asistencia técnica a la empresa Tonga Cable Limited, propietaria del cable de 872 km que conecta Tonga con Fiji, y desde allí se conecta con el resto del mundo.
¿Cómo se instalan los cables submarinos?
El tendido de las tuberías se realiza con barcos especializados que lentamente despliegan enormes bobinas de cables que se dejan caer al fondo del océano. Estos cables contienen varios repetidores, que aumentan la señal a lo largo del cable aproximadamente cada 100 km.
La fibra óptica en los cables submarinos está protegida por varias capas con materiales como acero, aluminio y polietileno. Aún así, ha habido casos de daños accidentales por anclas de barcos, actividades de pesca a gran escala e incluso mordeduras de tiburones.
También son vulnerables a los desastres naturales, especialmente los terremotos. En 2006, un terremoto de magnitud 7,0 golpeó la costa suroeste de Taiwán, cortó ocho cables submarinos y afectó gravemente los servicios de Internet en varios países asiáticos.
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