Oviedo, España
Grupos agrícolas de toda España pidieron medidas de emergencia para ayudar a hacer frente a la sequía en una reunión entre representantes de los gobiernos regionales y nacionales el miércoles.
«Este no es el momento de diagnosticar la situación, ya estamos en una etapa en la que necesitamos con urgencia medidas claras, precisas y efectivas», dijo a los periodistas Pedro Parato, del sindicato de agricultores ASAJA, después de la reunión de cuatro horas.
Las asociaciones agrícolas piden una declaración de emergencia que brinde más asistencia económica y liquidez a los agricultores que están viendo marchitarse sus inversiones debido a una sequía prolongada.
También advierten que las malas cosechas podrían hacer subir los precios de los alimentos. En marzo, los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas subieron un 16,6% interanual, según datos oficiales de inflación.
«No estamos pidiendo agua para producir fruta, estamos pidiendo agua para no perder nuestros árboles», dijo a la emisora española RTVE Narciso Ruiz, presidente de la Asociación de Agricultores de Ciudad Real.
Dijo que los cultivos perennes como la uva para vino y los pistachos ya se están muriendo. Este año, está podando frutas para que los árboles puedan enfocarse en mantenerse vivos.
En las regiones de Cataluña afectadas por la sequía, los agricultores estiman que también perderán hasta el 90% de sus cultivos de cereales de invierno.
Y el responsable de la Agencia Catalana del Agua advirtió este martes que la situación se convertiría en emergencia en septiembre «si no llueve antes de junio».
Por otro lado, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo a los legisladores en el Parlamento que España debe «remodelar su relación con el agua, ya que es cada vez más escasa» y pidió una mayor cooperación entre todos los tomadores de decisiones.
Sánchez cree que el país debe trabajar para restaurar ríos y acuíferos, proteger contra inundaciones, promover la purificación y el reciclaje del agua, así como la digitalización.
«Nunca ha habido tantos recursos para invertir en agua y modernizar nuestras políticas de agua como ahora», dijo.
No es la primera vez que España se enfrenta a una sequía prolongada. Los más recientes ocurrieron en 1982-1984, 1991-1996 y 2005-2009.
Si bien el país ha estado experimentando una sequía prolongada oficial durante poco más de un año, solo un año de precipitaciones ha estado por encima del promedio desde 2015, lo que hace que la situación sea aún más grave.
Al mismo tiempo, los pronósticos meteorológicos predicen que el país volverá a experimentar primaveras y veranos calurosos y secos.
«El rápido avance del cambio climático… nos muestra que tenemos que adaptarnos», dijo Sánchez.
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