Luchando contra la EHGNA: elegir los enfoques dietéticos adecuados para controlar la afección hepática

En la batalla contra la enfermedad del hígado graso no alcohólico, el café, la fibra y la dieta mediterránea destacan como actores importantes.


Escrito por Soumya Pandey | Actualizado: 23 de septiembre de 2023 8:01 a. m. IST

Al adoptar estos nutrientes, puede tomar medidas importantes para fortalecer las defensas de su hígado y promover un futuro más saludable y resistente a la NAFLD.

El hígado graso no alcohólico es un término utilizado para describir las afecciones hepáticas que afectan a las personas que no beben. El alcohol es una de las principales causas del deterioro de la función hepática, pero las personas que no beben también pueden verse afectadas. NAFLD ocurre cuando se almacena demasiada grasa en las células del hígado. Algunos signos y síntomas indican la presencia de NAFLD. Puede incluir fatiga, dolor o malestar en la parte superior derecha del abdomen. El sobrepeso y la obesidad es la causa común asociada con el hígado graso y es un tema de preocupación porque puede causar complicaciones hepáticas graves como colesterol alto, niveles altos de triglicéridos en sangre, síndrome metabólico y obesidad, especialmente cuando la grasa se concentra en el cuerpo. Abdominoplastia, síndrome de ovario poliquístico, apnea del sueño, diabetes tipo 2, tiroides hiperactiva (hipotiroidismo), hipopituitarismo hiperactivo (hipopituitarismo). Investigaciones recientes han demostrado que ciertos cambios en la dieta pueden ayudar a combatir la NAFLD. Según las investigaciones, el café, la fibra y la dieta mediterránea pueden actuar como poderosos defensores contra las enfermedades hepáticas.

Los investigadores revisaron estudios de bases de datos como MEDLINE, Web of Science, Google Scholar y Scopus para explorar enfoques dietéticos para controlar la NAFLD. Destacaron varios puntos clave:

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Dieta mediterránea

La dieta mediterránea, rica en ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) y baja en carnes rojas, ha mostrado resultados prometedores en la reducción del riesgo de NAFLD. Destaca el uso de aceite de oliva como fuente principal de grasa y evitar los carbohidratos refinados y el exceso de azúcar. Los estudios demuestran que puede reducir el aumento de peso, la resistencia a la insulina y el desarrollo de NAFLD.

Grasas saturadas y proteínas animales.

Las dietas occidentales ricas en grasas saturadas y proteínas animales se han asociado con la NAFLD. Las grasas saturadas pueden alterar la función de las células hepáticas y promover la inflamación. El alto consumo de proteína animal se asocia con NAFLD, especialmente en personas obesas.

La fructosa es un carbohidrato de alto índice glucémico.

El consumo regular de fructosa, a menudo de origen industrial, se asocia con un mayor riesgo de fibrosis, especialmente en personas con sobrepeso y obesidad. Las dietas ricas en carbohidratos de alto IG, carnes procesadas y grasas saturadas tienden a acelerar el acortamiento de los telómeros, un fenómeno observado en la NAFLD.

Genética y micronutrientes

La genética juega un papel en la NAFLD y algunos factores dietéticos pueden afectar el equilibrio del ADN. Las deficiencias de nutrientes como betaína, colina, folato y vitamina B12 pueden promover la metilación del ADN y la producción de triglicéridos hepáticos. Incluir alimentos ricos en estos nutrientes, como nueces, semillas, mariscos y dietas ricas en fibra, puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD).

Ácidos grasos omega-3 y antioxidantes.

El pescado, una fuente de ácidos grasos omega-3, puede reducir la acumulación de grasa en el hígado y prevenir la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) y la fibrosis. Los alimentos ricos en antioxidantes, como las verduras y las frutas, pueden proteger contra la NAFLD al influir en los microbios intestinales y proporcionar propiedades antioxidantes.

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Productos lácteos y probióticos.

Algunos productos lácteos, especialmente el yogur que contiene ciertas cepas de probióticos, se han relacionado con un menor riesgo de NAFLD debido a su contenido de proteína de suero y su potencial para ayudar a perder peso.

Micronutrientes

Los micronutrientes como el zinc, el cobre, el hierro, el selenio y las vitaminas A, C, D y E, así como los carotenoides, tienen propiedades antioxidantes e inmunomoduladoras que pueden mejorar la NAFLD.

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