BOGOTÁ, Colombia (AFP) – El presidente de Colombia, Iván Duque, anunció el lunes reformas a las fuerzas policiales del país destinadas a mejorar la rendición de cuentas y reducir los abusos de derechos humanos, después de semanas de protestas en las que los agentes fueron acusados de matar al menos a dos docenas de manifestantes.
Hablando en un patio rodeado de policías, Duque dijo que el gobierno establecería una dirección de derechos humanos que seguiría al jefe de policía del país y estaría dirigida por un coronel retirado.
Duque dijo que el nuevo departamento recopilará las quejas de los ciudadanos y emitirá dos informes cada año sobre cuestiones de derechos humanos.
Además, los oficiales y suboficiales se verán obligados a tomar un nuevo curso sobre derechos humanos y la policía endurecerá las penas contra quienes cometan abusos. La brigada antidisturbios móvil del país, que ha estado implicada en varias acciones violentas contra manifestantes durante las manifestaciones de mayo, también tendrá que tomar un nuevo rumbo en materia de derechos humanos.
Las reformas se producen cuando grupos de derechos humanos critican a la policía colombiana por usar fuerza excesiva durante las grandes protestas que comenzaron el 28 de abril y continuaron hasta mediados de junio.
Según Human Rights Watch, hay pruebas creíbles que vinculan a los agentes de policía con la muerte de 25 manifestantes que fueron baleados con armas de fuego o asesinados con dispositivos de control de multitudes, como botes de gas lacrimógeno. En un informe publicado en junio, la organización también señaló que al menos un manifestante había sido asesinado a golpes por la policía y recomendó que el gobierno pusiera a la policía bajo el mando del Ministerio del Interior para aumentar la supervisión civil.
Actualmente, la policía colombiana está supervisada por el Ministerio de Defensa y los oficiales que cometen delitos mientras están de servicio suelen ser juzgados en tribunales militares. Las reformas anunciadas por Duque no son tan trascendentales como las propuestas por Human Rights Watch y otros organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Pero el presidente dijo que eran parte de un «esfuerzo útil» para mejorar el trabajo policial.
El gobierno también anunció que al menos 11,000 oficiales que trabajan en patrullas de vecindario tendrán que usar cámaras corporales.
Las fuerzas policiales del país también cambiarán el uniforme verde tradicional por el uniforme azul marino destinado a enfatizar su papel como fuerza civil. El nuevo uniforme muestra el número de licencia de cada oficial y un código QR que los ciudadanos también pueden usar para identificar a los oficiales.
Durante el conflicto armado en Colombia, la policía se desplegó a menudo para luchar contra los narcotraficantes y los grupos rebeldes, a veces participando en operaciones conjuntas con los militares. Los expertos creen que este tipo de formación les ha llevado a ser más violentos con los manifestantes, que en ocasiones atacan a la policía con piedras y bombas caseras.
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