Civiles a bordo de barcos pesqueros filipinos navegaron el miércoles hacia un arrecife controlado por China frente al país del sudeste asiático para distribuir suministros a los pescadores filipinos y hacer valer sus derechos en la vía fluvial en disputa.
El viaje a las aguas que rodean Scarborough Shoal se produce dos semanas después de que buques de la Guardia Costera china dispararan cañones de agua contra dos barcos del gobierno filipino en la misma zona, en el último incidente marítimo entre los dos países.
Unas 200 personas ondearon pequeñas banderas filipinas y corearon: «¡Filipinas es nuestra, China está fuera!», y abordaron cinco barcos pesqueros comerciales que zarparon de un puerto del norte por la mañana, acompañados por varios pequeños estabilizadores.
Unas horas más tarde, un solitario barco de la Guardia Costera de Filipinas se encontró con el convoy en el mar y montó guardia mientras distribuía alimentos y combustible a los pescadores filipinos y arrojaba docenas de boyas naranjas con la leyenda «WPS es nuestra».
Posteriormente, el grupo emitió un comunicado diciendo que «pasará a la segunda fase de su viaje, con el objetivo de llegar a las proximidades de Panatag Shoal para otra ronda de distribución de suministros a los pescadores filipinos de la zona».
La Guardia Costera de Filipinas en Manila dijo que estaba desplegando más barcos para escoltar el convoy.
Un portavoz del convoy dijo a los periodistas a través de una aplicación de mensajería que “no hay presencia china” mientras los barcos distribuían ayuda a los pescadores.
Se negó a revelar la ubicación exacta de este tramo del viaje, excepto para decir que los barcos estaban «aún lejos de los bajíos».
El grupo dijo que había recibido informes de una “fuerte presencia” de barcos chinos cerca de Scarborough Shoal.
El Scarborough Shoal, llamado Panatag en Filipinas, ha sido un posible punto de inflamación desde que China se lo arrebató a Filipinas en 2012.
El arrecife está situado a unos 240 kilómetros (150 millas) al oeste de Luzón, la isla principal de Filipinas, y a unos 900 kilómetros de Hainan, la gran masa terrestre china más cercana.
China reclama soberanía sobre casi todo el Mar de China Meridional, ignorando reclamos en competencia de Filipinas y otros países, e ignorando un fallo internacional que dice que su afirmación no tiene base legal.
Para hacer valer sus afirmaciones, Beijing desplegó la Guardia Costera y otros barcos para patrullar la vía fluvial y convirtió varios arrecifes de coral en islas artificiales que militarizó.
«Esta misión civil de suministro no se trata sólo de entregar suministros, sino de reafirmar nuestra presencia y derechos en nuestras propias aguas», dijo Edicio dela Torre, organizador del convoy, en un comunicado el miércoles.
«El mundo está observando y está claro que la narrativa de la propiedad legítima y la afirmación pacífica está de nuestro lado», añadió Dela Torre.
Las tensiones sobre aguas y arrecifes en disputa han aumentado en los últimos 18 meses, mientras Manila se resiste a la creciente agresividad de China.
Este es el segundo convoy civil organizado por el Grupo Atin Ito. Un viaje anterior al Mar de China Meridional en diciembre fue cancelado porque fue bloqueado por barcos chinos.
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