Por: Paul W. C. Wong, Psicólogo clínico registrado e investigador clínico en prevención del suicidio, desarrollo juvenil positivo e interacciones entre humanos y animales en la Universidad de Hong Kong.
Hong Kong, que sufre el envejecimiento de su población, debe poner fin al aislamiento social que ha impuesto a un gran número de sus jóvenes. Algunos esfuerzos parecen prometedores.
El crecimiento demográfico de Hong Kong enfrenta dos desafíos apremiantes: una sociedad que envejece rápidamente y una tasa de fertilidad alarmantemente baja.
La tasa de fertilidad, de sólo 0,77 nacimientos en 2021, está muy por debajo del nivel de reemplazo de 2,1. Sin embargo, la ciudad cuenta con la esperanza de vida más alta del mundo, con una media de 81,3 años para los hombres y 87,2 años para las mujeres en 2022.
En un momento en que la sociedad de Hong Kong necesita más que nunca la contribución de sus generaciones más jóvenes para seguir siendo vibrante, un gran número de jóvenes está optando por el exilio social. «Hikikomori» aparece como un problema grave. Hikikomori es un fenómeno en el que los individuos, generalmente jóvenes, se retiran de la sociedad y a menudo se confinan en sus hogares durante largos períodos. Este comportamiento se caracteriza por una mayor ansiedad social, baja autoeficacia y extrema renuencia a participar en la sociedad.
Contribuye a la soledad, el ausentismo escolar y el desempleo, y da lugar a problemas como el de los jóvenes sin trabajo, sin educación o formación y “tumbados” en China, un movimiento para evitar someterse a las presiones sociales del exceso de trabajo y de logros excesivos. .
Sin un gran número de jóvenes vibrantes, Hong Kong enfrenta el espectro de un rápido desplazamiento de población, lo que ensombrece sus perspectivas financieras y económicas y su sostenibilidad general.
Hikikomori afecta entre el 2 y el 3 por ciento de los jóvenes en Hong Kong, Corea del Sur y algunos países europeos como Finlandia, Francia y los Países Bajos.
Este fenómeno es más evidente en Japón, donde la primera generación de jóvenes socialmente aislados está llegando a la mediana edad. Dado que muchos de los padres mayores de Japón se jubilan o fallecen, el país enfrenta el serio desafío de integrar a la sociedad a un gran número de personas desconectadas y no calificadas.
En 2019, se estima que 610.000 personas de entre 40 y 65 años en Japón ya tenían hikikomori, en comparación con 541.000 personas de entre 15 y 39 años.
Faltan programas de prevención e intervención basados en evidencia que aborden el comportamiento de retraimiento social prolongado. Si bien es razonable suponer que las conversaciones públicas y los programas de talleres para padres pueden crear conciencia y apoyar a los jóvenes afectados, no se están implementando.
Una vez realizada la derivación, es crucial intervenir para motivar e involucrar a los jóvenes que experimentan un aislamiento social prolongado. Desde 2010, los investigadores han desarrollado, puesto a prueba y evaluado un programa de intervención integral conocido como «Recovering Momentum».
Este programa incluye visitas domiciliarias, trabajo social, actividades grupales, apoyo vocacional de transición e incluso intervenciones asistidas por perros, todo diseñado para reintegrar a los jóvenes a sus comunidades.
En un estudio de 125 jóvenes con comportamiento de retraimiento social prolongado, el 75% registró una respuesta positiva, obteniendo un empleo a tiempo completo (28,8%) o parcial (11,2%), mientras que el 35,2% reanudó sus estudios después de participar.
Las investigaciones han identificado resultados significativos, que incluyen una disminución de los comportamientos socialmente aislados, una reducción de la ansiedad social y una mayor autoestima y empleabilidad subjetiva.
Sin embargo, este programa enfrentó desafíos, particularmente el tiempo requerido para involucrar a los jóvenes en comparación con otros servicios orientados a los jóvenes.
A pesar de los desafíos, el programa ha mostrado una respuesta prometedora en Hong Kong y otros países.
Estos jóvenes retraídos pueden ser identificados y retomados a sus rutinas diarias normales si se realizan esfuerzos multidisciplinarios oportunos y pacientes.
Muchos otros proyectos muestran potencial y han pasado por etapas piloto.
La iniciativa de Hong Kong implica una asociación entre una ONG y una universidad. Los estudiantes universitarios pueden trabajar en centros de atención o rehabilitación para personas mayores mientras estudian un Diploma en Estudios de Salud (Atención Sanitaria Comunitaria). Al finalizar, el gobierno reembolsa sus tasas de matrícula.
Estas iniciativas preparan a los jóvenes como posibles futuros cuidadores y proporcionan información sobre sus puntos de vista sobre el envejecimiento, lo que ayuda a dar forma a las futuras políticas sobre el cuidado de las personas mayores.
También hay avances positivos en Corea del Sur, donde el gobierno planea implementar políticas utilizando big data de oficinas gubernamentales para identificar de manera proactiva y llegar a los jóvenes socialmente aislados.
Estas políticas tienen como objetivo mejorar la salud mental y reducir los sentimientos de soledad entre las personas afectadas. El gobierno también tiene la intención de proporcionar estipendios de manutención, médicos y educativos durante un año para guiar a estos jóvenes a convertirse en miembros productivos de la sociedad.
El fenómeno hikikomori, si no se reconoce ni se estudia durante sus primeras etapas en culturas no japonesas, puede provocar una falta de habilidades y recursos entre las generaciones futuras.
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