El plan español de compra de tierras para encoger el Delta del Ebro irrita a los lugareños | Galería de noticias

Cuando una tormenta golpea su aldea en el noreste de España, Marcella y Maria Cinta Otamendi corren hacia la costa, de día o de noche, para ver su restaurante y sus campos de arroz, por temor a que se las trague el mar.

Este miedo se ha profundizado en los últimos años con la invasión del Mediterráneo en tierras que su padre compró en 1951 en el Delta del Ebro, una reserva de la biosfera de la UNESCO de 320 kilómetros cuadrados (124 millas cuadradas) rica en fauna de humedales.

«No sabemos si pasaremos este invierno», dijo Marcella, de 56 años, quien quiere que el gobierno se quede con la tierra y se opone a un plan para comprarla en su lugar, prometiendo luchar contra ella en los tribunales.

«Es nuestro negocio, pero también nuestra herencia», agregó su hermana, María Cinta, de 58 años, quien dirige Vascos.

Con el aumento del nivel del mar amenazando con engullir las playas bajas, el gobierno tiene como objetivo comprar 832 hectáreas (2.055 acres) de terrenos privados en el Delta del Ebro en lo que será la mayor compra de tierras relacionadas con el clima en Europa hasta la fecha, y Otamendi incluirá casi 40 hectáreas.

Según el plan de protección inicial que se espera se complete antes de diciembre, dichas compras ampliarán una zona de amortiguamiento de propiedad pública, hasta 560 metros tierra adentro, a lo largo de la costa donde la naturaleza seguirá su curso.

El Ministerio de Medio Ambiente dijo a la agencia de noticias Reuters que había recibido 252 comentarios públicos sobre su plan y que tomaría en cuenta la mayor cantidad posible. Puede ser ratificado por decreto evitando el debate parlamentario.

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El Madrid no dio a conocer el precio.

El plan provocó una feroz oposición de funcionarios y agricultores en el delta del Ebro, donde viven 62.000 personas y los lucrativos campos de arroz representan el 65 por ciento de la región, mostrando cómo los gobiernos están comenzando a enfrentar decisiones difíciles mientras intentan adaptarse a los crecientes riesgos ambientales.

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