Conversaciones para guiar y catalizar la acción climática entre Estados Unidos y China

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El enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, discutió cuestiones relacionadas con el clima con el enviado chino para el clima, Xie Zhenhua, a través de un enlace de video el 9 de octubre. Esta fue la cuarta vez que los dos enviados discutieron sobre el clima desde julio.

La visita de Kerry a China en julio ciertamente reinició la diplomacia climática entre China y Estados Unidos que había estado inactiva durante once meses. También durante la visita de tres días de Kerry, Xie discutió temas relacionados con el clima con el ex Secretario de Estado de Estados Unidos durante casi 30 horas. En cada una de las conversaciones posteriores, reafirmaron el compromiso de su país de mantener una comunicación estrecha y cumplir con los requisitos establecidos en la reunión entre los dos jefes de Estado al margen de la cumbre del G20 en Bali, Indonesia, el año pasado.

La comunicación abierta y continua entre los dos países es importante para fortalecer la diplomacia climática entre China y Estados Unidos y mejorar la gobernanza climática global. En una era de agitación global, relaciones bilaterales complejas y una creciente crisis climática, se ha vuelto cada vez más necesario que las dos economías más grandes y los mayores emisores mantengan diálogos climáticos periódicos. El impacto de su encuentro va más allá de las relaciones bilaterales y ha recibido elogios de la comunidad internacional.

En primer lugar, la comunicación regular y eficaz es un requisito previo para el desarrollo saludable de la diplomacia climática entre China y Estados Unidos. En la última década, China y Estados Unidos emitieron cuatro declaraciones conjuntas (en 2013, 2014, 2015 y 2021) sobre el cambio climático. Kerry y Xi, de 80 y 74 años respectivamente, han mantenido más de 20 reuniones sobre el clima desde que el presidente estadounidense Joe Biden asumió el cargo. La cooperación entre los dos países en 2021 ha dado resultados tangibles: desde la conversación telefónica entre los dos jefes de Estado en la víspera de Año Nuevo y el Diálogo Estratégico China-EE.UU. en Anchorage, Alaska, hasta las reuniones entre los enviados climáticos en Shanghai y la emisión de la Declaración Conjunta de Glasgow entre Estados Unidos y China sobre la mejora de la acción climática en la década de 2020.

Los resultados concretos de las conversaciones se reflejan en el artículo 5 de la Declaración Conjunta China-Estados Unidos sobre la Crisis Climática emitida en abril de 2021. La declaración identifica áreas prioritarias para la acción climática en la próxima década. El enfoque se extiende más allá de la descarbonización y las nuevas energías para incluir otras áreas como la reducción de las emisiones de la agricultura, los edificios, los vehículos, los aviones y los barcos, así como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero distintos del dióxido de carbono. Mantener una comunicación fluida sobre el clima no sólo evitará conflictos, sino que también mejorará la cooperación, beneficiando a ambos países y al mundo en general.

En segundo lugar, la comunicación entre China y Estados Unidos desempeñará un papel fundamental en la promoción de la agenda de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, del 30 de noviembre al 12 de diciembre. Este tipo de diálogo es útil para mejorar el clima global. Juicio.

La cooperación climática entre China y Estados Unidos fue clave para la adopción del Acuerdo de París en 2015. Es probable que las cuestiones clave de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) giren en torno a la reducción de emisiones, la transición energética y el compromiso financiero de los países desarrollados. Dada la naturaleza difícil de estos temas, la comunicación y coordinación entre los países principales, especialmente entre China y Estados Unidos, es vital para el buen desarrollo de la conferencia de Dubai.

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En tercer lugar, el diálogo climático regular entre Beijing y Washington ayuda a ambas partes a abordar posibles problemas y desafíos. La implementación del mecanismo de ajuste en frontera de carbono de la UE en octubre vinculó el cambio climático con el comercio, creando un efecto multiplicador. Países como el Reino Unido, Canadá, Indonesia y Japón también buscan implementar la iniciativa CBAM de diferentes maneras.

Si bien Estados Unidos carece de una base legal para implementar CBAM, sus esfuerzos por reducir las diferencias entre las partes de la CMNUCC, trabajar en legislación, ejercer presión sobre grupos de interés y reformar las normas de contabilidad de datos han sentado las bases para su adopción. del CBAM en el futuro.

China se opone a la iniciativa de creación de capacidad de construcción naval y señala que cualquier forma de barrera comercial y tecnológica creada en nombre del cambio climático es una acción unilateral moralmente injustificada y prácticamente perjudicial para abordar los desafíos globales del cambio climático.

En este sentido, abordar las diferencias a través de la comunicación y abordar conjuntamente las cuestiones relacionadas con el clima, incluida la fuga de carbono, requiere más diálogo, compromisos y una cooperación más profunda. Esto pondrá a prueba la sabiduría de ambas partes, y se espera que esa sabiduría se refleje en las comunicaciones entre China y Estados Unidos.

El autor es investigador asistente en el Instituto de Estudios Americanos de la Academia China de Ciencias Sociales.

Las opiniones no reflejan necesariamente los puntos de vista del China Daily.

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