Congreso de Colombia aprueba diálogo con grupos armados ilegales

BOGOTÁ, 26 oct (Reuters) – El presidente del Congreso de Colombia, Gustavo Pedro, aprobó el miércoles una ley que permitiría acuerdos de paz con rebeldes de izquierda y grupos criminales vinculados al narcotráfico a través de negociaciones y procesos de rendición.

Pedro, el primer presidente de izquierda del país, ha propuesto un proceso de «paz total» para poner fin a casi seis décadas de conflicto armado civil en Colombia.

Al menos 450.000 personas han muerto y millones más han sido desplazadas en los combates en el país andino.

La nueva ley permitirá a Pedro iniciar conversaciones de paz con el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), grupos disidentes que rechazan el acuerdo de paz de 2016.

Pedro también tiene luz verde para iniciar negociaciones con grupos criminales acusados ​​de narcotráfico, como el Clan del Golfo.

“Este es el primer paso hacia la profundización de la democracia, la unidad, la inclusión, pero sobre todo el inicio de un giro decisivo para alejarnos del derramamiento de sangre en el que aún estamos inmersos, lo que llevará al retraso en el que nos involucran los conflictos armados. hacia la paz absoluta, donde la vida sea digna», dijo a periodistas el ministro del Interior, Alfonso Prada.

El Senado y la Cámara de Representantes de Colombia deben acordar si los jóvenes pueden evitar el servicio militar a cambio de más medidas de promoción de la paz.

El Senado votó para bloquear la propuesta, mientras que la Cámara de Representantes la aprobó.

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El gobierno y el ELN dijeron este mes que reanudarían las conversaciones de paz en noviembre, aunque aún tienen que anunciar la fecha o el lugar de inicio.

En agosto, Pedro propuso un alto el fuego multilateral entre los grupos armados y las fuerzas armadas de Colombia mientras avanzan los esfuerzos de paz.

La nueva ley permitirá que los grupos armados ilegales se trasladen a lugares temporales donde puedan ser entregados en espera de órdenes de arresto y negociaciones.

También incluye la provisión de un nuevo fondo de paz para garantizar inversiones sociales en áreas afectadas por la violencia y la presencia de grupos armados ilegales.

Según fuentes de seguridad, tanto los grupos insurgentes de izquierda como las bandas criminales emplean en conjunto a unos 6.000 militantes involucrados en extorsiones, asesinatos, tráfico de drogas y extracción ilegal de oro.

Por Luis Jaime Acosta Información de Oliver Griffin Edición de Lincoln Feast

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