Los manifestantes se oponen al plan británico para una política de asilo en el extranjero al estilo australiano

Los partidarios de los refugiados protestaron frente al Consulado General británico en Melbourne el miércoles contra una propuesta de ley británica que se asemeja a la controvertida política de detención extranjera de Australia. La protesta, convocada por el Grupo de Acción contra los Refugiados, se produjo mientras los legisladores británicos debaten el proyecto de ley de ciudadanía y fronteras.

El gobierno británico espera que la reforma de la ley de asilo disuada a los inmigrantes de cruzar el Canal de la Mancha desde Francia. La ley propuesta tiene poderes para permitir que las reclamaciones se procesen fuera del Reino Unido. Esto puede resultar en la evaluación de solicitudes en centros externos.

Australia adoptó una política similar hace casi una década. Los solicitantes de asilo que llegaron en barco fueron enviados a campamentos en la pequeña república de Nauru en el Pacífico o en la isla Manus en Papúa Nueva Guinea sin perspectivas de reasentamiento en Australia. El gobierno de Canberra insistió en que las estrictas medidas fronterizas que impedían que los migrantes, a menudo de Indonesia, que intentaban llegar a sus costas por mar, salvaran vidas. Pero los activistas, que se reunieron para una pequeña protesta frente a la misión diplomática británica en Melbourne, argumentaron que la detención en el extranjero había causado un daño «físico y psicológico severo» a los migrantes.

David Glanz es el portavoz de Refugee Action Group, un grupo de campaña comunitaria.

«El modelo de procesamiento en alta mar conducirá a la muerte. Conducirá a daños psicológicos y se cobrará la vida de personas inocentes que huyen de la persecución y buscan refugio seguro. La detención en el extranjero fue un desastre cruel y racista en Australia, y Gran Bretaña no debería seguir la Camino australiano. Debería retroceder en el tiempo. Esta etapa consiste en tratar a los refugiados como personas que necesitan ayuda, no como castigo «.

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Australia ha puesto fin a su acuerdo de detención en alta mar con Papúa Nueva Guinea, pero el acuerdo continúa con Nauru, donde permanecen alrededor de 100 solicitantes de asilo y refugiados. Las condiciones en ambos centros han sido criticadas por grupos de derechos humanos.

Australia otorga visas a unos 13.700 refugiados cada año en el marco de varios programas humanitarios.

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