Biden llamó al presidente de la Cámara Kevin McCarthy después de pasar tres días en una reunión del G7 en Japón.
El presidente Joe Biden y el representante republicano de alto rango Kevin McCarthy hablaron por teléfono, cambiando el tono de las conversaciones estancadas sobre el aumento del techo de la deuda de Estados Unidos.
McCarthy dijo que su llamada con Biden, que regresaba de la cumbre del G7 en Japón, fue «productiva» y que ambos se reunirán el lunes.
Las dos partes siguen en desacuerdo sobre los recortes presupuestarios que los republicanos han exigido como condición para elevar el techo.
Si no lo hace antes de junio, EE. UU. podría incumplir con el pago de su deuda.
Esto significa que el gobierno federal no puede pedir prestado más dinero ni pagar todas sus cuentas. Hacienda advirtió que el 1 de junio podría comenzar un default.
Tal resultado provocaría el caos en los mercados financieros y provocaría nuevas subidas de los tipos de interés.
Cuando salió de Japón el domingo, Biden dijo a los periodistas que las propuestas republicanas, que controlan la Cámara de Representantes, eran «simplemente, francamente, inaceptables».
Agregó: «Es hora de que los republicanos acepten que ningún acuerdo bipartidista se hace únicamente en sus términos partidistas. Ellos también deben actuar».
Pero Biden también dijo que estaría dispuesto a recortar gastos para llegar a un acuerdo y que hablaría con McCarthy de camino a casa.
Y el presidente canceló las visitas al extranjero que estaban programadas para seguir a la cumbre de tres días en Hiroshima, con el fin de hacer frente a la crisis de la deuda federal.
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McCarthy explicó que las dos partes aún están lejos, pero han generado votos positivos
Después de la llamada, McCarthy dijo a los periodistas que las conversaciones habían sido positivas. «Creo que podemos resolver algunos de estos problemas si entienden lo que estamos buscando», dijo.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que el personal de ambas partes se reuniría el domingo por la noche para «discutir los asuntos restantes».
Mientras tanto, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo el domingo que el 1 de junio seguía siendo un «plazo difícil». Sin un acuerdo, le dijo a NBC, «esperamos no poder pagar todas nuestras facturas a principios de junio».
Si no aumenta el tope, Estados Unidos podría suspender los pagos y salarios del Seguro Social a los empleados federales y militares. El incumplimiento también amenaza con causar estragos en la economía global, afectando los precios y las tasas hipotecarias en otros países.
Los impasses han sacudido los mercados financieros. El Dow Jones cerró con una baja del 0,3% el viernes, el S&P bajó un 0,1% y el Nasdaq bajó un 0,2%.
A cambio de apoyar el aumento del techo de la deuda, los republicanos exigen recortes presupuestarios de hasta $4,5 billones, que incluyen la eliminación de muchas de las prioridades legislativas de Biden.
La Casa Blanca calificó la propuesta republicana como «un plan para destruir a las familias estadounidenses trabajadoras», aunque indicó que podría hacer algunas concesiones presupuestarias.
Tanto el presidente Biden como el Sr. McCarthy están bajo la presión de los lados izquierdo y derecho de sus respectivos partidos para mantener la línea.
Con una mayoría demócrata de un escaño en el Senado y un estrecho control republicano de la Cámara de Representantes, hasta ahora ha resultado difícil llegar a un acuerdo.
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