La violencia se intensifica en las zonas rurales de Colombia a pesar del acuerdo de paz

La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas dijo en un informe que la violencia está aumentando en muchas áreas rurales de Colombia a pesar de un acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y el grupo guerrillero más grande del país. Hizo un llamado al gobierno para que promueva el desarrollo rural y tome medidas para alentar a los miembros de los grupos ilegales que quedan en Colombia a desmovilizarse.

El informe, publicado el martes, dice que los asesinatos cayeron después de que el gobierno colombiano firmó un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que puso fin a cinco décadas de guerra y generó esperanza en las comunidades rurales.

Pero señaló que en los últimos dos años la violencia se ha intensificado dramáticamente en áreas remotas donde grupos armados más pequeños luchan por las rutas de contrabando de drogas y el territorio antes controlado por las FARC.

Según Naciones Unidas, 100 defensores de derechos humanos fueron asesinados en todo el país en 2021, frente a 61 en 2016, año en que se firmó el acuerdo de paz con las FARC. La organización también indicó que el desplazamiento forzado aumentó en 2021, y que más de 54.000 personas en la occidental provincia del Chocó se encuentran atrapadas por grupos armados que no les permiten salir de sus pueblos.

Juliette de Rivero, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, dijo que algunos grupos rebeldes y organizaciones narcotraficantes en el suroeste de Colombia tienen tanto control sobre su territorio que emiten documentos de identidad que los locales deben portar para moverse entre pueblos Agregó que las milicias en algunas comunidades también requieren que los visitantes se sometan a pruebas de laboratorio que demuestren que no padecen ninguna enfermedad de transmisión sexual.

De Rivero dijo que el gobierno colombiano se ha basado principalmente en las operaciones militares para mejorar la seguridad en las zonas rurales, pero esta estrategia no ha logrado detener la expansión de los grupos ilegales.

“El éxito de un estado debe medirse en la reducción de los abusos a los derechos humanos, no en términos de la cantidad de miembros de grupos armados capturados o asesinados”, dijo de Rivero. “La estrategia de seguridad del Estado debe enfocarse en la protección de la población civil y en la prevención abordando las causas estructurales de la violencia”.

Naciones Unidas recomendó al gobierno de Colombia fortalecer la implementación del programa de reforma agraria que forma parte del acuerdo de paz de 2016 con las FARC. El informe también dice que el gobierno necesita relanzar programas de desarrollo que animen a los agricultores a dejar de cultivar coca y cambiar a cultivos legales.

El gobierno del presidente Iván Duque luchó principalmente contra la producción de cocaína a través del exterminio forzoso de cultivos por parte del ejército colombiano. Duque pronto terminará su mandato de cuatro años.

A principios de este año, los colombianos de izquierda eligieron a Gustavo Petro para la presidencia. Petro, que fue miembro de un grupo rebelde, abrirá en agosto y prometió impulsar la inversión en áreas rurales como una forma de reducir la violencia relacionada con las drogas.

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