La economía española depende de un auge exportador para mantenerse con vida

Luis Alcayed | La evolución del comercio exterior español confirma la viabilidad de la economía, cuyo ritmo se mantiene gracias a un fuerte sector exportador. Laberinto político aparte, según los últimos datos disponibles de noviembre, el incremento de las ventas de mercancías españolas a los mercados exteriores supera el incremento medio de la Unión Europea, así como el de sus principales competidores europeos. El número de exportadores también está aumentando respecto al año anterior, así como el superávit comercial con la eurozona y los países de la UE. Todo ello a pesar de que el coste de las importaciones de energía prácticamente se ha duplicado.

Las exportaciones en noviembre crecieron a una tasa anual de 22,28%. Número de contrato estándar. Lo mismo ocurre con las importaciones, que crecieron un 36,3% en los primeros 11 meses de 2021. Este también es un récord para las compras al resto del mundo en los últimos 10 años. La subida de los precios del gas y del petróleo tiene un impacto muy directo en nuestra factura de importación. De todos modos, excluyendo las alzas de precios, las compras al resto del mundo crecieron a una tasa anual de 19% en noviembre.

En el periodo enero-noviembre de 2021 las exportaciones aumentaron 21,2% respecto a los mismos meses de 2020. Además, también superó la cifra más alta de la década y las exportaciones logradas en los primeros 11 meses previos a la epidemia de 2019. De hecho, el cifra en 2021 de 288.990 millones de euros frente a las exportaciones en los mismos meses de 2019 por valor de 268.543 millones de euros. Asimismo, la tasa de cobertura de exportaciones e importaciones de 2019 de 90,3% aumentó a 93,3% en estos meses de 2021.

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El déficit comercial, la diferencia entre el valor de las compras y las ventas, en estos meses de 2021 aumentó un 68,7% respecto a 2020. La explicación es solo el precio de los productos energéticos. De hecho, el equilibrio no energético con el resto del mundo era excesivo. Esta compensación explica la mejora del ratio de cobertura de exportaciones e importaciones en un 93,3% frente al 90,2% registrado en los mismos meses de 2019.
En comparación con otras regiones geográficas, el incremento de las exportaciones españolas, del 21,2%, superó la media de la UE-27 del 16,6%. También avanzó más rápido que las exportaciones de Alemania 13,8%, Francia 14,9% e Italia 18,4%. Solo China y Japón registraron un progreso equivalente al de España.

La Unión Europea sigue siendo nuestro principal mercado con el 61,6% de nuestras exportaciones totales. Es una cifra ligeramente superior a la del año pasado, y terminó con un superávit de 23.265.500 millones de euros (15.372 millones en 2020). El saldo con los países extracomunitarios muestra un déficit creciente por la única razón de los altos precios de los combustibles.

El crecimiento del número de exportadores
El número de exportadores regulares, por tres años consecutivos, aumentó un 18%. Las empresas se globalizan sin que se refleje la caída de la actividad interna, como lo confirma el aumento del volumen de las importaciones. La pujante y competitiva economía española se refleja en el espejo del comercio exterior.

La maquinaria y los bienes de equipo encabezaron la lista de sectores exportadores, los alimentos ocuparon el segundo lugar y los productos químicos el tercero. Los automóviles caen al cuarto lugar, a pesar de que sus ventas crecieron un 7% respecto al año anterior. Por otro lado, los incrementos en las manufacturas de consumo, textiles y calzado confirman su buena aceptación en los mercados externos.

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En el frente de las importaciones, el mayor aumento corresponde a los productos energéticos, aunque la maquinaria y los bienes de equipo continúan ocupando el primer lugar. Esto muestra cómo se está desarrollando la inversión española y cómo también están aumentando las importaciones de bienes de consumo duradero y equipamiento del hogar, y es un indicio de una fuerte demanda interna.

El sombrío panorama de disputas parlamentarias, declaraciones de políticos y sombríos proyectos de una parte de los medios de comunicación no se corresponden con esta competitiva economía exportadora. O para ello la demanda de bienes de capital y maquinaria, así como de equipamiento del hogar.

La distribución comercial muestra un aumento masivo del 50% en la factura pagada a los países de Medio Oriente. Y China, una vez más, avanza como exportador. Ahora es el segundo mayor proveedor además de Francia, solo por delante de Alemania. ¿Se puede y se debe hacer algo? A 1.200 millones de chinos, vendemos la mitad del valor de las mercancías que facturamos a Portugal.

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