El ejercicio puede ser clave para desarrollar tratamientos para los trastornos del movimiento raros

La ataxia cerebelosa espinal 6 (SCA6) es una afección neurológica hereditaria que tiene un efecto debilitante en la coordinación motora. La escasez de SCA6 afecta aproximadamente a 1 de cada 100 000 personas y ha hecho que atraiga solo una atención limitada de los investigadores médicos. Hasta la fecha, no existe una cura conocida y solo hay opciones de tratamiento limitadas.

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad McGill que se especializan en SCA6 y otras formas de ataxia ha publicado hallazgos que no solo brindan esperanza a los pacientes con SCA6, sino que también pueden abrir el camino para desarrollar tratamientos para otros trastornos del movimiento.

Ejercicio con la pastilla

En ratones con SCA6, el equipo de McGill, dirigido por la profesora de biología Alanna Watt, encontró que el ejercicio restaura la salud de las células en el cerebelo, la parte del cerebro involucrada en SCA6 y otras ataxias. Los investigadores encontraron que la mejora fue causada por mayores niveles de factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), una sustancia que ocurre naturalmente en el cerebro y que apoya el crecimiento y desarrollo de las neuronas. Lo que es más importante para los pacientes con trastornos del movimiento, para quienes el ejercicio no siempre es posible, el equipo demostró que un fármaco que imita la acción del BDNF puede funcionar igual de bien, si no mejor.

La intervención temprana es crucial

Los investigadores también descubrieron que los niveles de BDNF en ratones SCA6 disminuyeron antes de que comenzaran a aparecer las dificultades de movimiento. Descubrieron que el fármaco detenía el declive solo si se administraba antes de la aparición de los síntomas aparentes.

READ  Científicos descubren fuga de helio-3 del núcleo de la Tierra

«Esto no es realmente algo que sepamos sobre SCA6», dijo la autora principal Anna Cook, Ph.D. Un candidato en el laboratorio del profesor Watt. «Si hay estos cambios tempranos en el cerebro que las personas ni siquiera conocen, tienden a requerir más pruebas genéticas e intervenciones tempranas para estas enfermedades raras».

Fuente de la historia:

Materiales Introducción de Universidad McGill. Nota: El contenido puede modificarse según el estilo y la extensión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *