Casi dos tercios de los pacientes con accidente cerebrovascular agudo no sobreviven durante más de una década y tienen un alto riesgo de recurrencia, lo que lleva a los investigadores a exigir una mejor atención al paciente.
Investigadores de la Universidad de Queensland analizaron datos de más de 300 000 pacientes ingresados en hospitales después de sufrir un accidente cerebrovascular repentino entre 2008 y 2017 en Australia y Nueva Zelanda.
El equipo también investigó la cantidad de años perdidos por un accidente cerebrovascular al comparar la esperanza de vida de un paciente con la duración de la supervivencia real.
Según los datos, los pacientes con ictus hemorrágico que tienen hemorragia cerebral tienen más probabilidades de morir, sufrir otro ictus y tener una esperanza de vida reducida, que aquellos que sufren un ictus isquémico causado por la rotura de un vaso sanguíneo.
El accidente cerebrovascular agudo es una de las causas más comunes de hospitalización y discapacidad en Australia y se ha relacionado con factores de riesgo como presión arterial alta, niveles altos de colesterol, diabetes, tabaquismo y enfermedades del corazón a través de Fundación de accidente cerebrovascular.
La coautora del estudio, la Dra. Catherine Colborne, médica especialista en accidentes cerebrovasculares y médico de cabecera en el Hospital Prince Charles, dijo que estos hallazgos refuerzan la necesidad de un esfuerzo concertado para mejorar la atención de los accidentes cerebrovasculares agudos.
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