La sorpresa del crecimiento no apareció en todas partes. Alemania y España quedaron decepcionados, mientras que Francia, Italia, Bélgica y Austria sobresalieron. La tasa de actividad de Alemania e Italia es ahora 1,1 y 1,3% más baja que los niveles de actividad prepandémicos, con Italia poniéndose al día muy rápidamente desde finales del año pasado. La escasez de semiconductores tiene un impacto desproporcionado en la economía alemana en comparación con otros miembros grandes de la eurozona debido al sector automotriz más grande del país. Francia ya casi ha alcanzado los niveles previos a la crisis, y muy pocas economías más pequeñas lo superan.
Un primer vistazo a los componentes detallados del crecimiento muestra una fuerte consolidación de los servicios franceses y belgas. En Francia, el consumo de los hogares aumentó un 5% en el tercer trimestre con un crecimiento significativo en el sector de la hostelería. España experimentó un menor crecimiento del consumo, pero en general, podemos esperar que el consumo de servicios contribuya en gran medida al crecimiento de la zona euro. Las medidas de coronavirus fueron aún más restrictivas en promedio en el segundo trimestre que en el tercer trimestre, que ha sido el motor dominante del crecimiento durante el curso de la pandemia.
Sin embargo, a partir de ahora, espere moderación. Los primeros efectos de la recuperación están menguando, lo que naturalmente conducirá a una ralentización del crecimiento del PIB. Además, la falta de insumos y los problemas de la cadena de suministro se suman a los problemas de fabricación, que se han generalizado en los últimos meses. Por el lado del consumo, los vientos en contra de la alta inflación, del 4,1% y la tasa más alta de este siglo, reducirán las perspectivas de una recuperación de los servicios a pesar de que un mercado laboral fuerte y un alto nivel de ahorro respaldarán el crecimiento continuo. Esta fase de recuperación me ha sorprendido algunas veces, pero comenzará a desvanecerse más a partir de ahora.
Fuente: ING
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