Dentro de la oferta de ‘David contra Goliat’ de Osasuna mientras los fanáticos más ruidosos de España buscan aturdir al Real Madrid

Osasuna buscará ganar su primera gran medalla de plata el sábado por la noche cuando se enfrente al Real Madrid en la final de la Copa del Rey, después de ocho años de desmoronarse.

(Jesús Diges/EPA-EFE/REX/Shutterstock)

El fútbol está lleno de interminables debates sobre qué club tiene la base de seguidores más apasionada, pero Osasuna puede afirmar con razón que sus seguidores son los más ruidosos.

En 2009, su casa de El Sadar registró un rugido récord español de 115,17 decibeles mientras los anfitriones vitoreaban una famosa victoria sobre el Real Madrid para evitar el descenso. Catorce años después, el club pamplonés vuelve a tener la vista puesta en el título de campeón de Europa, pero esta vez el objetivo es otro: conseguir su primera gran medalla de plata.

El partido del sábado en Sevilla será su segunda final de Copa del Rey, después de haber sido derrotado por el Real Betis en 2005. Fue durante una época dorada para el club; Al año siguiente terminaron cuartos en La Liga y en 2007 fueron semifinalistas de la Copa de la UEFA.

Sin embargo, los buenos tiempos no estaban destinados a durar y, menos de una década después, el club estaba al borde de la extinción. La salida del presidente Bachi Izcu en 2012 coincidió con la aparición de deudas de Osasuna de más de 80 millones de euros con impuestos impagados y la visita de la compañía eléctrica a su estadio para cortar el suministro.

Los futuros jugadores de la Premier League César Azpilicueta, Nacho Monreal y Mikel Merino figuraron entre las figuras destacadas de los siguientes años, y el club no tuvo más remedio que aceptar la realidad económica de su situación mientras intentaba sobrevivir.

El club estaba empantanado dentro y fuera del campo, sufriendo el descenso de La Liga en 2014 y descensos consecutivos al año siguiente, un escenario que probablemente abandonaría a todo el club debido a las implicaciones financieras. También hubo caos en la sala de juntas, con cinco directores condenados a prisión por su participación en el escándalo de amaño de partidos. En lo que se conoció como «Kasso Osasuna», el club se quedó sin timón y dañó su reputación.

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Osasuna jugará el sábado su segunda final de Copa(Europa Press vía Getty Images)

Osasuna necesitaba un nuevo comienzo con los fanáticos, las empresas locales y los íconos del club para recaudar fondos para permitir que una junta directiva formada un tanto apresuradamente dirigiera el club. El último día de la temporada 2014-15 de Segunda los vio viajar a Sabadell, necesitando un punto para asegurar una seguridad. El futuro del club estaba en juego, pero bajo una intensa presión, anotaron dos veces en el último minuto.

«Ese fue un punto de inflexión», recuerda Francisco «Pachi» Bonal, el destacado y actual director de la cantera del club. espejo de futbol a principios de esta temporada.

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