La suerte política del presidente estadounidense Joe Biden ha cambiado drásticamente desde la primera cumbre del G7 el verano pasado, o hasta su última visita a Europa en marzo. No podría llegar en un peor momento para sus aliados internacionales, ya que Rusia se asienta en una guerra prolongada con Ucrania.
El canciller alemán Olaf Schulz, que dará la bienvenida a los líderes del G7 en los Alpes bávaros, ve a Biden como una fuerza impulsora para mantener la presión sobre Moscú y cree que la unidad entre los aliados podría desvanecerse nuevamente si los republicanos retoman la Casa Blanca en 2024, según un ciudadano alemán. Un funcionario del gobierno que pidió no ser identificado para discutir el pensamiento interno.
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