Un año después de la erupción del volcán Taguguete en La Palma, España, que destruyó hogares y negocios, muchos afectados por la lava y las cenizas todavía están reconstruyendo sus vidas y buscando respuestas.
La casa de Letizia Sánchez fue una de las primeras en ser enterrada en lava y hasta ahora todavía se siente como si estuviera viviendo día tras día.
Al principio, se quedó con sus amigos durante unos meses. Luego, en mayo de este año, pude mudarme a una casa prefabricada provista por el gobierno. La vida de su familia cambió al igual que muchos de los residentes de la isla.
Su hija Ayna dijo que cuando perdió su casa parecía que alguien había muerto.
«Mi casa era mi hogar, la única casa que tenía y se fue y ahora tenemos que encontrar otro hogar», explicó.
Según las autoridades regionales, solo cinco de las 121 casas prefabricadas compradas por el gobierno han sido construidas para personas que quedaron sin hogar a causa del volcán.
Un grupo de víctimas del volcán informó que unas 250 personas aún vivían en hoteles y 150 se hospedaban con amigos y familiares.
Juan Fernando Pérez es el presidente de la Asociación de Afectados por el Volcán. Está frustrado por los retrasos administrativos y pide un préstamo para vivir en una casa más modesta. Describe la respuesta de las autoridades de tres formas: “las ganas de olvidar, el silencio y la complacencia”.
Hasta el momento, el gobierno ha destinado más de 500 millones de euros para reconstruir, limpiar y ayudar a las personas que han perdido su trabajo.
Sin embargo, gente como Eulalia Villapa vive de las ayudas. Ella es parte de un grupo de personas en el limbo. Su apartamento y su negocio siguen en pie, pero no puede acceder a ellos.
En las regiones de Puerto Nao y La Bombilla, se dice que los gases liberados por el volcán son fatales y están prohibidos al público.
Le dijeron que esta situación podría continuar durante meses o años. Un año después de la trágica devastación provocada por la lava, más de 1.100 personas siguen atrapadas entre las ruinas.
«Gurú del alcohol. Analista. Defensor de la comida. Aficionado extremo al tocino. Experto total en Internet. Adicto a la cultura pop. Pionero de viajes sutilmente encantador».