Pues resulta que es algo mayor que el riesgo de que un asteroide golpee la Tierra.
Un nuevo estudio publicado en Nature Astronomy analiza 30 años de datos para revelar que hay una probabilidad de 1 en 10 de que al menos una persona muera por la caída de escombros de misiles en la próxima década.
Además, las personas en el hemisferio sur corren mayor riesgo.
A modo de comparación, las probabilidades de que un asteroide golpee la Tierra con un impacto fatal en un año determinado son de una en cientos de miles.
Aunque los lanzamientos de cohetes son diferentes, los propulsores y otras partes importantes de los cohetes caen al suelo o se dejan en órbita.
En la mayoría de los casos, los objetos de misiles abandonados vuelven a entrar en la atmósfera de manera descontrolada y los escombros pueden aterrizar en cualquier lugar a lo largo de la ruta de vuelo.
Usando datos satelitales de los últimos 30 años, Michael Byers y sus colegas han predicho la «expectativa de pérdidas», o el peligro para la vida humana, durante la próxima década como resultado del reingreso descontrolado de cohetes.
El equipo se centró en las piezas de misiles que todavía están parcialmente intactas y representan una amenaza para la tierra, el mar o los aviones.
Revelaron que las prácticas actuales tienen, en promedio, un 10 por ciento de posibilidades de una o más víctimas durante la próxima década si cada regreso esparce escombros mortales en un área de 10 metros cuadrados.
Los objetos de misiles tienen tres veces más probabilidades de caer en las latitudes de Yakarta, Dhaka y Lagos que en Nueva York, Beijing o Moscú.
La NASA echa un vistazo más profundo al universo
Los autores explican además que ya tenemos la tecnología para los sistemas de reentrada dirigida.
Lo que nos falta, dicen, es voluntad colectiva de contratarlos por los costos que implica.
Llegaron a la conclusión de que sin acuerdos multilaterales para el reingreso controlado de misiles, las naciones que realizan actividades espaciales continuarían exportando estos riesgos innecesariamente.
«Gurú del alcohol. Analista. Defensor de la comida. Aficionado extremo al tocino. Experto total en Internet. Adicto a la cultura pop. Pionero de viajes sutilmente encantador».